Según un amigo (a quién mantendré anónimo por razones obvias) la Masturbación Mental sucede cuando, por ejemplo, uno sin proponérselo descubre la tanguita de una flaca en un colectivo. Puede ser que ella se sentó mal y la falda era muy corta, o también puede ser que el pantalón estaba muy apretado y las costuras saltaban a la vista. A partir de ahí uno se dedica a fantasear acerca del pespunte, el encaje y el bordado de la prenda íntima. La MM es un ejercicio que trata de completar los detalles.
Algunos lexicólogos más conspicuos califican esta actividad (de manera un tanto despectiva) como paja mental.
Existe otra definición que goza de una aceptación más difundida: “Ejercicio intelectual en el cual se le da demasiadas vueltas a un asunto teórico que tiene muy poca relación con la realidad o la práctica.”
En otras palabras, digamos, es pensar demasiado.
En mi caso, la MM toma otra dimensión. Para mí, se trata de adentrarse en los recuerdos y tratar de montar cronologías. Pero no me interesan los datos importantes y sobresalientes… mi obsesión es encontrar detalles mínimos de asuntos olvidados.
Por ejemplo, hoy de pronto aparecen tres amigos en unas fotos de Facebook. Cualquiera de ellos por separado no hubieran acarreado mucho lastre, pero los tres juntos me transportan a una época que siempre fue mi favorita cuando se trata de masturbaciones mentales. Una etapa peripatética y trasnochada en la que siempre alguien tenía que quedarse a dormir en alguna parte porque ya no pasaban los colectivos.
Me acuerdo del Pérez y de los del Partido Verde. ¿Cómo me involucré con los del Partido Verde? Fue en una feria artesanal en la plaza… España, creo. En una punta hay una estatua de una mujer con un niño. Estatua a la que una vez me trepé para… (pero eso es otra historia).
Los del Partido Verde tenían una mesa ahí y por alguna razón entablé conversación con un par de escritores. Eran un par de tíos que escribían poemas en servilletas de papel y luego los leían en voz alta. Se elogiaban a gritos y sin pudor, como si se tratara de obras maestras de la literatura. Así fue que se me ocurrió armar un taller de escritores… algo parecido a lo que hacíamos en el teatro Las Sillas. La idea era tener una reunión donde cada uno leería algo propio, todos opinarían al respecto y luego sacaríamos conclusiones. El que estaba a cargo de los panfletos del Partido Verde era un forrazo a quien lo único que le interesaba era reunir firmas. Por eso nos ofreció el local que tenían en una oficinita de la calle San Juan…
Luego de un par de semanas tuvimos nuestra primera reunión literaria. Por supuesto que el taller fue un fracaso categórico. Los personajes que reunimos eran demasiado disparejos como para entablar una discusión seria. Por un lado estaban los escritores simbióticos. Después estaba don Roberto Pampa Gambino, autor del primer (y único) diccionario Milkayak, que era el idioma de los Huarpes en la zona de Cuyo. También había una muchacha de aspecto gótico y ojos oscuros. Sus poesías eran las más inspiradas del grupo, pero también eran las más enigmáticas. Estaban llenas de imágenes sexuales y connotaciones sangrientas, lo que a la vez desconcertaba y excitaba a todo el mundo.
También había un caso mental que solo escribía acerca de masturbaciones (no precisamente mentales) y que una vez se inspiró tanto con uno de sus poemas, que terminó parándose en una silla y haciendo una pantomima auto erótica con una rosa que provocó las carcajadas y el espanto de los contertulios.
Habían otro par de personajes menores, el Forrazo Verde que siempre llegaba a abrir el local y a repartir folletos y un peruano pequeño y movedizo que una vez había participado en una puesta en escena de Edipo Rey.
No sé por qué seguí yendo a esas reuniones. A lo mejor fueron las fantasías que me provocaba la poetiza gótica. Varias veces me llevé prestadas algunas de sus poesías. Cuando traté de darle una opinión no encontré las palabras.
Una noche (había pasado un tiempo y la mitad de los concurrentes habían desertado) quedó claro que el Taller Literario no tenía futuro. Alguien llevó un par de botellas de vino y terminamos hablando de historias de aparecidos. El Futre, la luz mala… cosas por el estilo. Uno de los simbióticos sugirió hacer una reunión espiritista y nadie estuvo en contra. La poetiza gótica estaba cerca mío y por lo menos era una exscusa para tomarle la mano.
Pero igual que todos los proyectos de aquella oficina, la invocación de espíritus estaba destinada al fracaso. Habían un par de tíos medio tomados que a cada rato se caían de las sillas muertos de la risa. Un poco porque era gracioso, y otro poco por nervios… Algunos en el grupo se tomaron la cuestión en serio y hubieron silencios que estuvieron a punto de ser quebrados por voces del más allá. Pero cuando el clima estaba propicio, siempre aparecía alguien con una carcajada o un comentario descolgado y todo se iba al suelo.
En algún momento que me di cuenta de que ese sería el final de la reunión espiritista y del Taller Literario. Pensé que si me paraba en la silla e insultaba a los presentes, los más ingenuos quedarían convencidos de que se trataba de un caso de posesión. Para completar la ilusión, decidí también que sería oportuno saltar por la ventana. Cosas que hice acto seguido y obviamente sin pensar demasiado.
Ahora bien, estábamos en un quinto piso y la ventana estaba abierta. La abertura daba a un patio interior donde desembocaban montones de ventanas oscuras. Muy cerca de la nuestra había una viga que se conectaba con la pared de enfrente. Los que estaban en el lado opuesto de la mesa no veían la viga… y obviamente pensaron que yo me había tirado.
Casi todos salieron corriendo por las escaleras. Solo el peruano edípico se quedó con la poetisa. Ellos estaban de éste lado y me vieron saltar hasta la viga, caminar hasta el otro lado y treparme al techo del edificio de enfrente.
¿Qué me impulsó a éste despliegue de delirio? ¿Fue solo el tedio o hubo alguna razón más honda?
A lo mejor fue porque no tenía nada mejor que hacer… cosas como ésta se me da por recordar cuando me dedico a la masturbación mental.
De tanto en tanto hace falta la masturbación mental para eyacular ideas.
Prefiero la física a la mental. ¡Aaaahhhhhhhhhhhh! ¡Ahh!
Yo pasé gran parte del secundario en una escuela católica donde un cura asceta (que parecía escapado de una libro de Dante Alighieri) nos explicó todos los efectos colaterales y secundarios del onanismo… como la ceguera, el retraso mental, los pelos en las palmas de las manos, la pérdida del cabello y etc. Así que acarreo muchas trabas psicológicas como para encarar el tema con el rigor científico que precisa.
¡Aahhh! ¡Aaahhh!
Bueno parece que seré la primera mujer en contestar acerca de este tema tan… energizante.
La cuestión acá no es si está bien o mal la MM, más allá de las suspicacias religiosas o paganas a las que nuestra infancia o adolescencia nos haya hecho enfrentar. El tema que realmente me interesa es saber cuáles son los disparadores de la MM. Cada uno de ustedes, caballeros, tanto el autor como los opinadores, deberán tener una apreciación al respecto, seguramente. En mi caso, les confieso, no hago distinción entre la mental y la física, una lleva a la otra y yo mientras tanto juego en el medio de ellas.
Saludos !!!!
Otra cosa, escribidor… ¿cómo hago para sacar esa carita de pajera intermitente cada vez que posteo un comentario? Esa estrellita azul con la lengüita afuera no soy yo !!!! Definitivamente NO SOY YO !!!!
Enseñeme, plis…
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El sueño húmedo es el arquetipo de la paja mental. Un buen polvo onírico de vez en cuando despeja migrañas, ayuda a mejorar la circulación pero sobre todo levanta la auto estima.
Dulces sueños…
Siendo la segunda mujer! que opina en esta columna sobre este «interesante»…. tema, estoy completamente de acuerdo con la dama que dice que *la una lleva a la otra*, dicho de otra manera la una comienza y la otra termina y el efecto es el mismo. Aliviar los bajos instintos de mentes enfermas de muchos que no pueden resistir a una falda corta o a unas buenas piernas sin poder solo admirar sino que tienen que dejar que su mente vuele hasta el punto que humedecer sus pensamientos…y algo mas….
Demasiado vuelo retórico impresiona a primera vista pero al final la pregunta queda irresoluta. En definitiva, ¿os masturbáis o no? Y si es así, ¿cuales son las espoletas que generan el fuego de éste placer solitario?
Yo por supuesto que no. Hace muy poco me operaron de la vesícula y los puntos todavía no han cerrado y duelen un poco cuando hago ciertas fuerzas…
LO QUE FUE MUY GRACIOSO Y NO CONTAS ES QUE NO PODÍAS VOLVER DE ESA COLUMNA CON UN PRECIPICIO DE 5 PISOS POR QUE NADIE TE QUERÍA DAR LA MANO POR POSEÍDO Y VOS LES DECÍAS CON LA MEJOR HUMILDAD QUE TE SALIA QUE POR FAVOR TE AYUDARAN POR QUE TODO HABIA SIDO UNA BROMA… HUMILLANTE Y GRACIOSO. A VOS SIEMPRE TE GUSTÓ COLGARTE DE LOS TECHOS Y SUBIRTE A LAS ESTATUAS… ME ACUERDO DE UN TRABAJO QUE VOS TE OFRECISTE A AYUDARME. IBAMOS A ANIMAR UNA FIESTA DE CUMPLEAÑOS DE PAYASOS… Y CUANDO QUIERO ACORDAR ESTABAS EN UNA CORNISA COLGANDOTE Y GRITANDO… Y LOS CHICOS QUE QUERÍAN HACER LO MISMO…
Memoria selectiva. Realmente no me acuerdo de la cornisa ni del cumpleaños para nada, pero sí me acuerdo de una estatua en la plaza… ¿España? Donde me trepé a una estatua tratando de atraer algo de público para nuestro retablo. Al final creo que terminamos ahuyentando a la gente porque a vos te entró un poco de pánico y realmente parecíamos (y estábamos también) un poco locos.
Tenés razón, siempre me gustó colgarme de los techos y subirme a las estatuas. Ahora me doy cuenta.
HA! CON RESPECTO A LO DE LA PAJA ME ENCANTO QUE AQUELLA QUE LE ENCANTABA LA MENTAL Y LA FÍSICA NO LE GUSTÓ NADA LA CARA DE PAJERA DEL MUÑEQUITO. JA, ES COMO QUE ESTÁ BIEN HACERCELÁ PERO NO ME DIGAN PAJERO POR QUE ME ENOJO. SERÁ ASÍ PARA TODOS? YO EN MIS TIEMPOS DE ACTIVISTA EN FAVOR DE LA PAJA SABÍA QUE EL SEXO DEL FUTURO NO SERÍA SEXUAL SINO MENTAL Y LA REALIDAD ME LO CORROBORAA TODOS LOS DIAS. NO ES MAS SEGURO, LIMPIO, NO COMPROMETIDO EL AUTOPLACER SOLAMENTE COMPROMETIENDO LA IMAGINACION?
O A LO MEJOR NO.
AHORA QUE ME DOY CUENTA TIENE RAZÓN STELLA MARIS SOLAMENTE CIERTAS PERSONAS CUENTAN CON FOTOS LO DEMÁS SOMOS FORMAS GEOMÉTRICAS HISTRIONICAS.
Oda a la masturbación
¡Oh, virtud del vicio
Que arrastras a mi mente
Hacia el precipicio!
(AHORA TÚ CONTINÚAS
LA ODA CON UNA ESTROFA
DE MÉTRICA SIMILAR, Y ASÍ
TOD@S SUCESIVAMENTE…)
¿Qué hay? Vacío. Soledad. Necesidad sexual. Si escapo del vacío, recurro al mundo virtual y me masturbo con él y me confundo, porque le otorgo realidad para consolarme y mantener lejos al dolor del vacío. Sin embargo, tarde o temprano lo virtual se gasta, y queda un nuevo vacío y un dolor más grande. Entonces, el camino es aceptar mi vacío y así, cuando lo acepto, me encuentro con lo verdaderamente real, lo único que de verdad me importa.
Se nos puso filosófico el entenau. Muy bonito lo suyo, compadre. Me inspira un sinnúmero de interrogantes metafísicas que a lo mejor después me animo y las verbalizo.
En realidad, la única acepción que conozco sobre “paja menta”, es la segunda que mencionas: “Ejercicio intelectual en el cual se le da demasiadas vueltas a un asunto teórico que tiene muy poca relación con la realidad o la práctica.”
Posiblemente porque masturbación y mental sean términos redundantes. Incluso el follar tiene mucho de mental. Ya se sabe lo que se dice por ahí:
“Las relaciones sexuales con una mujer son a veces un sustituto satisfactorio para la masturbación. Pero se necesita mucha imaginación para hacer que funcione”
Por otra parte yo pienso que solo hablamos de masturbación (una u otra), cuando la última vez que estuvimos dentro de una mujer, fue cuando visitamos la Estatua de la Libertad…