14. Gaviota
Era temprano. Era la entrada a la 495.
Había un animal muerto en medio del camino.
Habían dos pájaros negros y había una gaviota blanca.
Yo iba a setenta millas por horas. Se me hacía tarde.
A lo mejor aceleré. No recuerdo.
Los pájaros negros se volaron en seguida.
La gaviota fue más lenta. Carreteó rechoncha y en vano. Golpeó contra el paragolpes. Dio media vuelta en el aire y luego se estrelló contra el parabrisas. Por un segundo vi sus ojos desorbitados, su expresión incrédula y ultrajada, el pico abierto en un grito mudo. Luego la visión se convirtió en un punto mínimo en el espejo retrovisor. Un mal recuerdo a setenta millas por hora. Más tarde tendría que narrar.
Desconcertados y sorprendidos, los cuervos sobrevolaron la escena del crimen. Luego descendieron al silencio de la carretera.
Se miraron mudos. Se encogieron de hombros.
– Así es la vida – dijo uno de ellos.
– No somos nada – dijo el otro.
– Hoy comemos, mañana no sabemos.
– Primero desayunas con tus amigos y luego eres el desayuno de tus amigos.
– No somos nada…
Luego de lo cual procedieron a comerse a la gaviota.
¿Cuánto de esto es cierto? ¿Cuánto es invento mío?
NO ENTIENNNDO LO QUE ACABO DE HACER PERO ME ENCUENTRO AQUI CONTESTANDO A MAGNNNIFICO CREADOR DE VERRDADES FANTASIADAS o quizá a ficcioenes verdarizadas…
MAESTRO… TROESMA
Thank you, loco. Veo que habéis andado esparciendo comentarios y de paso también leyendo algunos postes viejos. Saludos gaucho Perez.